Madrid Games Week: El juego no es lo más importante en una feria del videojuego
Para saber que el videojuego es la mayor industria del mundo, con 1.400 millones de euros facturados solo en España el año pasado no hace falta una feria. Hace años que esas cifras son algo normal para los más 15 millones de jugadores que hay en nuestro país. Pero el Madrid Games Week sí que es un buen altavoz de la enormidad en la que se ha convertido el videojuego como producto cultural. De como se acoge como si de la Champions se tratata, la final de un campeonato virtual de carreras de coches. Con homenaje a su creador Kazunori Yamauchisu, productor del juego Gran Turismo, incluido, por su aportación a la ciudad de Madrid. Sus calles han aparecido en Gran Turismo en alguna ocasión y eso es una publicidad impagable. Resulta que ponerse a los mandos delante de una pantalla es solo una parte de un todo más grande. Por aquí y por allá, en los pabellones de la feria, jóvenes creadores, presentan sus proyectos, cada vez más profesionales. Que empuja a cuatro locos a lanzarse al papel en la época digital y crear una revista especializada como Games Tribune Magazine que ya cuenta más de 1.000 suscriptores. Una feria que sí que sirve, por ejemplo, para denunciar la brecha de desigualdad entre sexos, en un sector en el que sólo dos de cada diez trabajadores son mujeres. Con asociaciones como Fem Devs que luchan contra ello. En una feria de videojuegos también ha habido juegos. En 43.000 metros cuadrados muchos, el reclamo para todo lo demás aunque no hayan sido ni lo más nuevo, ni lo más atrevido, ni siquiera lo más destacado.