La Guardia Civil lograba detener al presunto asesino horas después del crimen. Juan Antonio Martín López tuvo una orden de alejamiento de Manuela ya en 2009. Desde entonces Manuela había tenido otra relación que también acabó con malos tratos y orden de alejamiento.
En enero Manuela volvió con Juan Antonio y en junio sufrió otra paliza y eso activó otra orden de protección. Por eso, en un primer momento buscaron como sospechosos del crimen a los dos hombres.
Dos días antes del crimen la policía sorprendió a Manuela en un coche discutiendo en plena calle con su pareja. A él lo detuvieron por saltarse el alejamiento pero Juan Antonio volvió a la vivienda.
A las 3 de la mañana, una vecina ha escuchado los gritos y ha visto en la terraza una mancha de sangre. Cuando la Guardia Civil ha llegado ha encontrado el cadáver de Manuela Castillo, con el cuchillo al lado.