La Comunidad de Madrid fue la tercera en adoptar restricciones nocturnas, una especie de toque de queda, pero matizado. Desde el Gobierno regional se prohibieron las reuniones desde las 12 horas tanto en casas como en las calles de personas que no fuesen convivientes. Pero, ¿cuál ha sido el balance de esa primera noche?
Para comprobarlo, un equipo de ‘Cuatro al día’ permaneció en las calles de la capital antes y después del ‘toque de queda’. A las 22 horas, bares y cafeterías llenos. Muchos aprovecharon lo que ya parece una cosa del pasado, las cenas. “Hemos hecho una cena de última hora”, decían antes de volver a casa puntuales.
Pasada la una de la madrugada, las calles quedaron desiertas. No todos los ciudadanos aprueban la medida, pero la mayoría la acatan “porque la situación está empeorando y había que tomar medidas”.
No obstante, hay a quienes les daba igual y creen que las medidas no frenan las fiestas en pisos ni locales. “Yo no entiendo ni medidas ni nada”, comentaba un viandante. "Van a continuar en los chalets", decía otro.