En el océano pacífico, las cristalinas aguas de Isla Guadalupe, pertenecientes a México, se consideran un santuario para una de las especies más temidas por el hombre: el tiburón blanco.
Hasta el lugar se desplazan numerosos turistas para observar desde el interior de jaulas al pez depredador más grande del planeta y catalogada como una especie en amenazada.
Hace cuatro años, un tiburón blanco entró en una de esas jaulas subacuáticas cuando un buzo se encontraba en su interior, afortunadamente nadie murió y solo el gigantesco pez resultó herido. Desde este episodio, las autoridades decidieron cambiar la reglamentación y obligar a que estas jaulas de observación se modificasen para que los tiburones no pudiesen penetrar en el interior.
Ahora, según ha denunciado el activista medioambiental mexicano Arturo Islas Allende, algunos barcos turísticos que operan en la zona han hecho caso omiso a esta reglamentación. Para demostrarlo a publicado un vídeo en el que se ve la cabeza un enorme tiburón blanco quedando atrapada en una de esas jaulas. El animal estuvo atascado 25 minutos sangrando y tratando de escapar. Nadie hizo nada, según denuncia el activista, y el animal finalmente murió.