El motivo de ello lo encontramos en la pantalla luminosa del teléfono, ya que al recibir la luz potente del dispositivo nuestro cuerpo disminuye la secreción de la melatonina, una hormona que afecta al ciclo del sueño, y provoca que se reduzca la sensación de cansancio.
El director médico del Instituto de Neurología de Buenos Aires, Alejandro Andersson, ha explicado en declaraciones que recoge Noticias24 que “el tipo de radiación lumínica que emiten, producen dos fenómenos de trascendencia para los ritmos de sueño. Por un lado, afectan su período natural de sueño, reduciéndolo a niveles de peligro. Por otro, agregan un factor distorsivo, pues la luz del monitor en ese momento atrasa nuestro reloj biológico”.
Por ello, el doctor Andersson ha asegurado sobre nuestro reloj biológico que este “nos invita a dormir para que no fallezcamos y nos anima a despertarnos al cabo de un tiempo apropiado para el organismo”. Así, si alteramos ese reloj biológico, las consecuencias pueden ser muy graves, ya que el médico argentino ha relatado que “si se altera, afecta también a los patrones de alimentación, a la actividad cerebral y a la regeneración celular. Modificarlo no provoca simples ojeras; una distorsión grave y prolongada de este ritmo puede conducir a obesidad, diabetes e, incluso, cáncer”.
Por lo tanto, para paliar este prejuicio es importante evitar ese brillo de las pantallas, ya que pasa lo mismo con las tablets y los portátiles, antes de ir a dormir. Además, otra de las recomendaciones que ayudarían a conciliar mejor el sueño es la de tener en el cuarto una luz más cálida, lo que afectaría mucho menos a la producción de la melatonina.