Rosie, la gata protagonista de esta historia, no comía demasiado después de nacer. Además, su dueña temía que por la noche se hiciese daño, por lo que decidió que lo mejor sería llevarlo con sus huskies. Y lejos de rechazarle, los perros le acogieron como uno más, sobre todo Lilo. Las imágenes de su cuenta deInstagram hablan por sí solas.
Después de horas siendo cuidada por los huskies, la gata comenzó a maullar de hambre. Su dueña cree que sin la ayuda de los perros nunca habría llegado a comer. “Creo que Rosie la necesita”, ha afirmado para ‘Buzzfeed News US’. La idea en un principio fue dar a la gata en adopción, pero después de ver la inseparable relación que ambos animales tienen, sus dueños lo descartaron.
“Siempre están tocándose. Duermen juntos, andan juntos y vamos todos de excursión juntos”, cuenta su dueña. Al principio los perros salían a pasear, mientras Rosie se quedaba en casa. Pero pronto se dieron cuenta de lo triste que se quedaba la gata y decidieron sacarla con ellos también.