En torno a la figura del Rey hay, según la oposición, una ofensiva desde el gobierno contra Felipe Sexto después de que el ejecutivo decidiera que el monarca no estuviese ayer en el acto judicial más importante en Cataluña.
El vicepresidente Pablo Iglesias - en Twitter - directamente ha acusado al emérito de romper la "neutralidad política de la Jefatura del Estado" y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, va aún más lejos y asegura que "maniobra contra el Gobierno democráticamente elegido". Y todo, por una llamada de teléfono de Felipe VI a los jueces para decirles que le entristecía que no le dejaran asistir a la entrega de despachos de la nueva promoción de jueces en Barcelona, que - para más inri - terminó con un espontáneo ¡Que viva el Rey!.
Este último gesto, al ministro de Justicia le pareció que no era necesario: "Se han pasado tres montañas". Esta mañana, Carmen Calvo pedía tranquilidad a todos, pero el Partido Popular lo tiene claro. En una comparecencia que no estaba prevista, anunciada hoy a última hora, el presidente del PP Pablo Casado ha exigido la destitución inmediata del ministro Garzón, la reprobación del vicepresidente Pablo Iglesias y la comparecencia de Pedro Sánchez.
Como telón de fondo, el veto del Gobierno a que el rey asistiera - como en los últimos 20 años, salvo el año de la imputación de la infanta Cristina - el acto judicial más importante en Cataluña. Para la oposición, una concesión al independentismo catalán. Pero también hay otro telón de fondo: las acusaciones de Unidas Podemos se producen justo cuando ha elevado su campaña contra la Monarquía. Pablo Iglesias ya fijó - hace una semana - como "tarea fundamental" de Podemos acabar con la Monarquía en España.