Las fotografías que demuestran que Julen cayó al pozo

El periódico El Mundo ha publicado en exclusiva unas imágenes del pequeño Julen de dos años. Las fotografías fueron tomadas horas antes de que el niño cayese por el pozo según han contado los padres justo antes de su caída al pozo el pasado domingo 19 de enero.

En una de las imágenes se le puede ver incluso con la bolsa de gusanitos que fue encontrada en el fondo del pozo en el que permanece atrapado.

Ascensor diseñado para Julen

El Consorcio Provincial de Bomberos ha diseñado un "ascensor" para poder bajar por el túnel vertical que se ha empezado a perforar este sábado en Totalán (Málaga) con el fin de poder llegar hasta el pequeño Julen, el menor de dos años que el pasado domingo cayó a un pozo de más de cien metros.

Sismógrafo que controlará las vibraciones

Para preservar la seguridad y garantizar su bienestar, un sismógrafo se desplazará hasta la zona para medir la vibración del terreno. La máquina perforadora está golpeando en gran potencia y rotar y girar a la vez.

Es decir, está siguiendo una técnica de rotación y percusión. Estos movimientos generan unas ondas con una velocidad de trasmisión que van a ser medidas constantemente por el sismógrafo para garantizar la seguridad del pequeño.

Las labores de rescate

Hacen falta al menos 35 horas más para llegar hasta Julen. Así lo ha confirmado en la rueda de prensa que ha concedido en la mañana del sábado 19 de enero el portavoz del dispositivo de rescate, Ángel García Vidal. El portavoz ha explicado que las perforadoras necesitan entre 12 y 15 horas para realizar el túnel vertical por el que descenderán los mineros que cavarán el horizonal, una labor que les llevará 20 horas si todo ocurre sin imprevistos.

Para bajar por el túnel vertical, García Vidal ha explicado que se hará uso de una especie de cesta con capacidad para dos o tres operarios. El equipo encargado para esta segunda fase estará compuesto por los mineros de Asturias.

Todos los procesos en esta operación se han visto obstaculizados por la maláguide, una mezcla de pizarra, arena y gneis, un tipo de terreno que es habitual en Málaga. Ha sido el motivo por el que se ha visto ralentizada la labor de quitar tierra de las montañas y de instalar las plataformas para las perforadoras.

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