Inglaterra sabe mucho sobre bodas reales y esperemos que hayan podido aprender sobre curiosos errores que cometieron en días tan importantes, sobre todo, para las grandes protagonistas, las novias. Marina Fernández, nuestra querida experta en protocolo, nos ha contado algunas anécdotas de bodas reales británicas.
EL DESAFORTUNADO DISEÑO DE LADY DI
Diana de Gales lució un vestido el día de su boda con el príncipe Carlos que hizo historia. Un diseño de David y Elizabeth Emanuel, que hacía desaparecer la figura de Diana entre unas grandes mangas y una cola de 25 metros decorado con más de mil perlas. Un vestido muy voluminoso que eclipsó a la propia Diana que, con tan solo 20 años, se disponía a ser la mujer del hijo de la reina Isabel II.
Esta inmensa cola dio mucho problemas, ya no solo a Diana que tenía que andar cargando con tantos metros de tela, sino en el momento de entrar a en la carroza cuando era prácticamente un trabajo digno de la Guardia Real, introducir los 25 metros de cola en el interior de la carroza. Este pequeño detalle que no tuvieron en cuenta al diseñar el vestido o a elegir el coche que llevaría a Diana hasta la iglesia, provocó un efecto arrugado en el vestido debido a la necesidad de arrugar la gran cola para que la propia Diana tuviera espacio dentro la carroza.
LOS INFORTUNIOS DE LA REINA ISABEL II
La boda de la actual reina Isabel con el príncipe Felipe fue la primera boda real que se celebró tras la Segunda Guerra Mundial por lo que fue muy bien acogida por parte del pueblo. Marina nos cuenta que la hija del rey Jorge VI tuvo que pagar su vestido de novia con cupones de racionamiento, ya que estaban presentes los estragos de la guerra, el gobierno le dio un extra para poder costeárselo. Muchos británicos le enviaron parte de sus propios cupones para que la reina Isabel pudiera tener su vestido de novia.
La boda de la reina madre fue un serie de catastróficas desdichas aunque el público no se dio cuenta de estos detalles. La tiara French, que adornaba su cabello, se rompió y los joyeros de Cartier tuvieron que ir a retocarla. Por si algo más podía torcerse en un día tan especial, Jorge VI le regaló un collar de perlas a su hija por su compromiso, pero se le olvidó en palacio y no tuvieron otra opción que pedirle prestado el coche al rey Pablo I de Grecia para regresar.
¿Y EL FOTÓGRAFO?
El gran olvidado de todas las bodas pero gracias a su labor podremos revivir esos momentos de por vida. Meghan y Harry no podían encargar a un cualquiera las fotografías de su enlace, el encargado será el mismo que ya hizo las fotografías de su compromiso. En un primer momento se dijo que podría ser Mario Testino, pero tras el escándalo en el que se le vio envuelto, su ayudante será el afortunado.
Meghan y Harry posarán junto a la familia de la novia y la familia real y las fotografías del enlace serán imágenes institucionales que se distribuirán a la prensa la semana después de la boda del año.