El encarcelamiento de Hasél divide aún más la política solo una semana después de las elecciones catalanas
PP critica a Sánchez por mantener a Podemos tras apoyar las manifestaciones
El ala morada del gobierno sigue poniendo el foco en la libertad de expresión
El encarcelamiento causa divisiones dentro de mismas familias ideológicas
La violencia y las criticas a la policía catalana están causando división política en Moncloa y en Barcelona. Todo ello se produce solo una semana después de las elecciones en Cataluña y en pleno proceso de negociaciones para formar gobierno.
Al quinto día de protestas, el ganador de las elecciones en Cataluña, Salvador Illa, donde ha habido más altercados, se pronuncia: "He esperado cinco días y ante el silencio de los que tenían que haber hablado, quiero decir que quien no defiende a la policía de Cataluña, la seguridad, la convivencia y el orden público, está inhabilitado para gobernar Cataluña".
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Illa señala al govern en funciones, al independentismo que ha iniciado conversaciones para pactar un gobierno en Cataluña. Lo mismo que reprocha Illa a esquerra se lo dice el PP a Sánchez sobre Podemos por apoyar las manifestaciones: "Es incomprensible que Podemos siga formando parte del Gobierno, que ha hecho de intolerancia su late motive, pero el problema no es Iglesias, es Sánchez que les mantiene".
El ala morada del gobierno sigue poniendo el foco en la libertad de expresión: "El encarcelamiento de pablo hasel es un síntoma de una anomalía democrática grave. La libertad de expresión debe prevalecer sobre ese tipo de manifestaciones inoportunas sin gustos o abominables desde el punto de vista moral", aseguraba Garzón.
Ciudadanos aglutina el reproche de Illa al independentismo y el del PP al gobierno central: "Es inadmisible ese discurso incendiario de partidos de gobierno desde el Gobierno central y la Generalitart".
Y en Cataluña, el PSC reclama al govern explicaciones en el Parlament. Esquera mira a otro lado, a la policía. Ha pedido que se investiguen las prácticas de los mossos ante la violencia callejera si no piden comparecer por iniciativa propia en el Parlament.