La vida de las personas sufre un impacto devastador debido a los conflictos y desastres. World Vision ha asegurado que la mayoría de las veces los niños son los primeros en sufrir, ya que son desplazados internos o refugiados en otros países, donde son particularmente vulnerables a la trata y al trabajo infantil.
Según la organización, la región con más niños trabajando es Asia-Pacífico, con 78 millones de niños, seguida de la región África subsahariana, que cuenta con 59 millones de niños. En América Latina y el Caribe hay al menos 13 millones de niños en situación de trabajo infantil, mientras que en la región de Oriente Próximo y el norte de África hay 9,2 millones.
Desde el año 2000, World Vision ha registrado una disminución del 40 por ciento del trabajo infantil en las niñas, mientras que los niños siguen estando más expuestos al empleo, cuya disminución ha sido de un 25 por ciento.
La ONG ha denunciado la situación en la que se encuentran los refugiados sirios en Jordania y Líbano, donde no están legalmente autorizados para buscar trabajo. Esto hace que los adultos trabajen por salarios muy bajos y obliga a los niños a renunciar a su educación para buscar un trabajo que ayude a las necesidades básicas de sus familias.
10 millones de menores, empleados domésticos esclavos
Por otro lado, cerca de 10 millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo trabajan en el servicio doméstico en condiciones de esclavitud, "ocultos" en las viviendas de sus empleadores sin que sus actividades puedan ser controladas, según ha informado la ONG Plan International.
En muchos países se prefiere el trabajo doméstico a otras formas de empleo y está aceptado social y culturalmente, sobre todo para las niñas que representan el 67 por ciento de los trabajadores domésticos menores, según Plan Internacional.
En los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se ha hecho referencia al trabajo doméstico como barrera a la educación y al empleo decente, pero "no basta con visibilizar la situación de las llamadas niñas invisibles, es preciso que los gobiernos y las instituciones legislen e incluyan en sus agendas el objetivo de limitar el trabajo doméstico y garantizar el acceso a la educación de niñas y jóvenes, especialmente en emergencias", ha explicado la directora general de Plan Internacional, Concha López.
El trabajo doméstico reproduce roles de género al ser visto como etapa de "aprendizaje" para las niñas de cara a la edad adulta y al matrimonio. Las familias con escasos recursos económicos envían a las niñas a trabajar a hogares ajenos a cambio de remuneración o manutención, según ha explicado Plan International.
El empleo de niñas en el servicio doméstico tiene especial incidencia en el sureste asiático en países como Filipinas, India, Pakistán o Bangladesh, donde trabajan como asistentas domésticas durante jornadas interminables, aisladas de la sociedad y sin posibilidad de asistir a la escuela, corriendo el riesgo de sufrir abusos físicos, psíquicos y sexuales. Las mujeres conforman el 60% de los 572 millones de trabajadores pobres en el mundo.