Los padres de un joven de 24 años fallecido en enero de 2018 en su casa de Madrid acusan al SUMMA 112 de no atenderlo adecuadamente. El médico que les atendió en la primera de las cuatro llamadas a Emergencias que hicieron les dijo que no se estaba ahogando y le colgó el teléfono. Aitor estaba sufriendo un trombo pulmonar y murió en el hospital cuatro días después.
Carmen y Bartolomé están convencidos de que si el primer médico que les atendió en el 112 hubiera mandado una UVI móvil a su casa, le habrían dado a su hijo la oportunidad de vivir.
La familia ha iniciado una reclamación por responsabilidad patrimonial de la Administración Pública al frente del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) aunque se está planteando recurrir a la vía penal después de haber recibido la semana pasada los audios de las cinco llamadas al 112 que reclamaron poco después de la muerte de Aitor.
Hoy en rueda de prensa han hecho público el contenido de las llamadas. En ellas se escucha como el médico le niega a la madre varias veces que su hijo se esté ahogando. “Él dice lo que quiera, pero respira perfectamente porque habla perfectamente, ¿vale?”, le dice el médico a la madre a la que se señala que quizás haya consumido algo la noche anterior.
Tras 23 minutos de espera y cuatro llamadas a Emergencias, llegó a la vivienda de Valdemoro, en Madrid, una UVI móvil. La doctora les dijo que Aitor había estado mucho tiempo sin oxígeno. Murió en el hospital cuatro días después. Sufrió un trombo pulmonar que le provocó una muerte cerebral.
La familia cree que Aitor no murió por el trombo, sino por la muerte cerebral causada por esos 23 minutos sin riego.
Carmen asegura que “no queremos dinero de todo esto. Sólo que cambien los protocolos médicos, para que no vuelva a pasar algo así. A nuestro hijo no nos lo devuelve ya nadie”. La Comunidad de Madrid dice que se siguieron todos los protocolos.