Sophie Robinson y Melissa Causer, las que fueran mejores amigas, quedaron una noche para salir de fiesta juntas. Sophie fue a la casa de Melissa, donde se vistieron y peinaron. Mientras, las jóvenes bebían sidra, por lo que al salir de casa ya estaban borrachas, según informa The Mirror.
Cuando llegaron a la zona de fiesta, siguieron bebiendo. "Yo había bebido un par de 'Sex on the Beach' , mientras que Melissa no dejaba de beber vodkas con cola. Debíamos haber bebido diez copas cada una". En este estado de ebriedad, Melissa quería seguir de fiesta, pero Sophie por el contrario, llamó a un taxi para vovler a casa.
Al comprobar que Melissa estaba hablando con dos chicos y que no le hacia caso, Shopie cogió el taxi y se fue a casa de Melissa, donde la esperó varias horas. "Fuera del club, Melissa estaba muy borracha. Se puso a hablar con dos chicos, así que yo me fui a casa porque no quería seguir más allí".
Sophie no se esperaba lo que iba a suceder. Pasadas varias horas, Melissa llegó en otro taxi, que le cobró 20 euros por el viaje. Al bajar del vehículo, la joven le pidió a Sophie el importe porque según ella "debía pagarle el viaje por haberla dejado sola de fiesta". Sophie se negó y fue cuando Melissa se enfureció y empezó a propinarle una paliza.
La tiró al suelo y le dio varias patadas. Pero lo peor no fue eso. Melissa, enloquecida, pisó la cara de Sophie hasta tres veces, clavándole un tacón de aguja en el ojo derecho. "El dolor era terrible. Lo último que vi con ese ojo fue a Melissa pisándome la cara". Sophie ha tenido que someterse a cirujía, pero a pesar de ello nunca más podrá ver por su ojo derecho.
Ocho meses después, Melissa ha sido declarada culpable de agresión y deberá cumplir una pena de siete años de cárcel.