El animal se convirtió en la mascota de la competición y comenzaron a llamarla Gobi, pero Dion Leonard, atleta escocés, participante de la marcha de los cuatro desiertos de China fue el elegido por la perrita callejera.
La cachorra no se separó de él ni un instante y hasta en los momentos de descansos se mantuvo junto a Leonard, que está haciendo de todo para salvar los obstáculos de la burocracia para adoptarla, según la web Mother Nature network.
El atleta escocés ha tenido que organizar una colecta online para reunir las 5.000 libras de esterlinas que exigen los trámites de los servicios migratorios para trasladar a Reino Unido a la perrilla.