Según la autopsia, el bebé murió asfixiado después de que su padre le apretase la garganta hasta morir. Además, habría sentido un intenso dolor después de que el mismo le retorciera los testículos. No obstante, Kane negó el 30 de septiembre su implicación en el asesinato, culpando a la madre de Oskar, según publica metro.co.uk.
La defensa de Jobey Kennedy, la madre del niño, argumentó en su juicio que estaba “enamorada perdidamente” de Kane desde los 16 años y que eso “la impedía ver la realidad”. Esta, añadió, además, la adicción de Kane por el cannabis, que le hacía enloquecer.
Kane será juzgado el 15 de diciembre por asesinato. Jobey, por su parte, ha sido sentenciada a 30 meses de prisión.