Scott Marr, de 61 años, sufrió un derrame cerebral en su propio domicilio de Nebraska (Estados Unidos) el pasado mes de diciembre que lo dejó inconsciente. Tras ser ingresado en el hospital de Omaha en cuidados intensivos, el paciente no mostraba mejoría, por lo que sus médicos y familiares se temían lo peor.
Ya sin esperanza, su familia autorizó a los especialistas a que desconectaran el equipo médico y comenzaron a despedirse de Marr.
"Nos dijeron que estaba en camino a la muerte cerebral, así que nos despedimos antes de extubarlo, todos los monitores estaban apagados y esperamos a su lado", declaraba una de sus hijas, Preston Marr, al canal KETV.
Pero incluso después de desenchufar al paciente, Marr seguía respirando, mantuvo los signos vitales y acabó despertando ante al asombro de sus parientes y médicos, quienes aseguraron que nunca se recuperaría.
"Le pedí que moviera sus pulgares, y él lentamente movió sus pulgares, y le pedí que moviera los dedos de los pies, y él movió todos los dedos de los pies muy ligeramente", explicaba la joven.
Una vez superado el momento de sorpresa, los expertos volvieron a someterle a pruebas y análisis, hasta determinar que, en realidad, Marr no había sufrido un derrame cerebral, sino que padecía de una rara enfermedad intratable llamada síndrome de encefalopatía reversible posterior.
"Es comúnmente causado por la presión arterial alta, pero hay muchas cosas que pueden causarla", aclaró el Dr. Runge al medio. Pocas semanas después de este último diagnóstico, Marr pudo volver a casa.
Tras lo sucedido, ahora su familia le confiere el título de 'Hombre milagroso'.