El fundador de Microsoft, Bill Gates, ha presentado en Pekín su apuesta para hacer frente a la crisis mundial de saneamiento: un retrete que no necesita agua ni conectarse a ningún sistema de depuración para funcionar y que transforma los desechos humanos en fertilizantes.
Gates, que dedica la mayor parte de su fortuna a luchar contra las enfermedades en el mundo y a causas solidarios está más que orgulloso de un inodoro que no necesita conectarse a ningún sistema de saneamiento, no requiere agua y transforma las deposiciones humanas en fertilizantes.
Algunos de estos retretes ya están siendo probados en la ciudad sudafricana de Durban, donde también se están poniendo en marcha otros modelos que se alimentan de energía solar, explicó Gates en un vídeo difundido en su cuenta
Solo los desechos humanos pueden provocar enfermedades como la diarrea o el cólera, que ya causan cerca de 500.000 muertes de niños menores de cinco años cada año en todo el mundo, debido a enfermedades derivadas de esta falta de higiene. Además, añadió, más de 200.000 millones de dólares (más de 175.000 millones de euros) se pierden anualmente debido los costes sanitarios y la baja productividad provocada por la falta de un saneamiento adecuado.
La fundación Bill y Melinda Gates, que ha invertido más de 200 millones de dólares ( 175 millones de euros) desde 2011 para reinventar los inodoros, prometió durante el encuentro invertir otros 200 millones para lograrlo.
Según los últimos datos de la ONU, el 60 % de la población mundial no cuenta con instalaciones sanitarias adecuadas y casi 900 millones de personas en el planeta se ven obligadas a defecar al aire libre por no tener acceso a un aseo.
El próximo 19 de noviembre se celebra el Día Mundial del Retrete, con el objetivo de sensibilizar sobre la crisis mundial de saneamiento y fomentar medida
s para solucionarla, de acuerdo a lo establecido en los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, que tienen como horizonte el año 2030.
Por su parte, las autoridades chinas emprendieron en 2015 la llamada "revolución de los retretes" para mejorar las instalaciones de estos servicios públicos y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, ya que algunas viviendas más tradicionales no disponen de retretes propios, por lo que los baños públicos son imprescindibles para la población.