Si usted se lleva el premio del euromillones, mucho ojo. Disfrute sí, pero con cabeza. Que no les pase como en la película Yucatán. Porque aquí haber ganado la lotería acaba en desastre. Malas inversiones, amigos ficticios... En definitiva, aunque todos queramos que nos toque, cuidado con la utilidad que le damos al premio.