La emotiva historia que esconde este mensaje de WhatsApp
La vida de Antonio Velasco, un joven sevillano de 21 años, se truncó el 13 de junio del pasado año. Su madre, Lola Román, sufría un aneurisma en la arteria cerebral producida por una crisis hipertensiva –una elevación de la presión arterial- que provocó que fuera inducida al coma, situación en la que estuvo durante dos semanas en el Hospital Virgen del Rocío de la capital hispalense.
El joven asegura a Noticias Cuatro que "durante el primer mes y medio era como un vegetal" y no era consciente de lo que le había pasado. Durante tres meses, Lola estuvo ingresada en el hospital sevillano, meses en lo que se fue enterando de las consecuencias que había provocado una crisis hipertensiva: afasia, un trastorno del lenguaje que la convertía en una niña con 57 años y la inmovilidad de la mano derecha y de la pierna izquierda, y es por ello, que tiene que andar con la ayuda de un bastón.
"Ella sabe español, pero el cerebro emite unos fonemas inentendibles", cuenta Antonio sobre la difícil situación de incomunicación de su madre que le impide incluso, pedir un vaso de agua.
Antonio, que era estudiante de Telecomunicaciones en horario partido de mañana y tarde, tuvo que cambiar de grado -actualmente cursa Ingeniería de Software en horario matutino- para poder atender a su madre, ya que asegura que un año y medio después "no le han concedido la Ley de Dependencia que fue solicitada dos semanas después del aneurisma".
Lamenta que todo el proceso de la rehabilitación -a la que tendrá que someterse de por vida- es privada y apenas han recibido ayuda de la Seguridad Social. Antonio cuenta que está siendo una recuperación dura, tanto personal como económicamente, porque los gastos son bastante elevados: "La pensión de mi abuela está destinada a su cuidado y al de mi madre".
Con la ayuda de las nuevas tecnologías, Lola se está recuperando de una afasia, un trastorno del lenguaje provocado directamente por el accidente cerebrovascular. Una aplicación para teléfonos inteligentes de una multinacional eléctronica, que basa su funcionamiento en traducir frases hechas en emoticonos para facilitar la compresión de las personas con este trastorno, ayudaron a Lola a comenzar a comunicarse con sus dos hijos.
Pero esta sevillana no cedió en su lucha y pidió a Antonio ser como el resto de las madres: hablar con sus hijos por WhatsApp. Y lo ha conseguido. Y su hijo, orgulloso, lo ha compartido en las redes sociales, convirtiéndose en fenómeno viral rápidamente. Dos mensajes únicamente, pero que demuestran que hasta de las peores enfermedades, se puede salir con constancia.
Un emoticono de un guiño y un 'Lolá' -una tilde provocada por la inmovilidad de su mano derecha y teniendo que usar el teclado con la izquierda-. Un importante logro, no solo comunicativo, que la Red ha aplaudido y que le sirve a Antonio para reivindicar un mayor conocimiento de Afasia, un trastorno desconocido para la mayoría de la sociedad que afecta a unas 350.000 personas en España.