Jóvenes conflictivos acaban recluidos por orden judicial. ¿Pero tienen control suficiente? ¿Están estos centros de internamiento bien gestionados? ¿Hay medios suficientes? Las autoridades se vuelcan con ellos para que, además de asumir la responsabilidad por los actos que han cometido, tengan un futuro de esperanza. Por ellos y por la sociedad.