Alexandra Killewald, principal responsable de la investigación, se valió de archivos guardados desde hace cuarenta años para desarrollar su hipótesis: las parejas no rompen por el estrés financiero. Sin embargo, esta profesora de la Universidad de Harvard encontró otros motivos que pueden conducir a la crisis matrimonial.
Una de las más llamativas sería el tiempo que el hombre trabaje en el trabajo. Según recoge ‘Bloomberg’, aquellos maridos que no trabajan a tiempo completo tiene un 3,3% más de posibilidades que aquellos que tienen una jornada más reducida.
Otro de los motivos que se exponen en el estudio es más limitado a la franja temporal de aquellos matrimonios contraídos antes de 1975. Esto se debe a que, estos matrimonios viven entre la idea tradicional y moderna de la división de las tareas del hogar. Es decir, el estudio dice que los casos de divorcio se han incrementado cuando el hombre ha dejado de ser “el que llevaba el dinero a casa”.