Un hombre de 30 años, de nacionalidad española, ha sido detenido este viernes después de agredir a su supuesta pareja con un plato en un bar del municipio de Chella, Comunidad Valenciana. El sospechoso golpeó supuestamente a la víctima, de 45 años, delante de multitud de comensales.
La mujer quedó tendida en el suelo con una herida sangrante mientras los testigos la auxiliaban. Algunos pudieron grabar lo ocurrido. El presunto agresor se marchó a pie del establecimiento, pero los vecinos impidieron que huyera.
Un agente de la Policía Local de Chella, tras recibir el aviso de uno de los testigos, se personó para retener al sospechoso, pero no fue sencillo, pues se encontraba en estado ebrio y muy alterado. El hombre culpaba a la víctima de los hechos y profirió gritos e insultos a los presentes. Ante la dificultad para detener al acusado, un agente de la localidad de Bolbaite acudió en apoyo de su compañero. Juntos lograron reducir al hombre en el suelo y le colocaron los grilletes. Una patrulla de la Guardia Civil de Enguera se hizo cargo de las diligencias.
El hombre fue trasladado en primera instancia al centro policial de Chella y, más tarde, al cuartel de Enguera de la Benemérita. La víctima, de origen brasileño, acabó perdiendo el conocimiento por el fuerte golpe con el plato y fue atendida por personal médico en el entro de salud del municipio. Presentaba una amplia brecha en la cabeza que requirió puntos de sutura. Tras recuperarse, ha denunciado la agresión ante la Guardia Civil.
Un jurado popular declaró el pasado jueves culpable por unanimidad al joven acusado de violar y asesinar a una amiga suya, de 15 años, tambien en la localidad de Chella, en octubre de 2016. Durante la vista, mantuvo que todo fue un accidente y que no llamó a Emergencias tras percatarse de que la menor había fallecido por "pánico".
Tras el veredicto de culpabilidad -de asesinato, agresión sexual y profanación-, ahora será la Audiencia la que fije la pena definitiva. El jurado ha pedido que no se le apliquen beneficios penitenciarios y que no se pueda proponer al Gobierno central su indulto.
El joven se enfrenta a prisión permanente revisable por el delito de asesinato -la máxima pena que se puede pedir en España-, según reclama la Fiscalía y la acusación particular. También se le acusa de agresión sexual y de profanación.
El suceso se remonta al 26 de octubre de 2016, cuando el joven contactó con la menor y la citó en su antiguo domicilio familiar, según recoge como probado el jurado. Ella acudió a la cita pensando que había otros amigos con el procesado. Una vez en la vivienda, el joven intentó presuntamente mantener relaciones sexuales con la víctima, pero ésta se negó y la golpeó. De este modo consiguió consumar la violación.
A continuación, el joven, aprovechando que la chica estaba semiinconsciente, la estranguló hasta matarla --para que no le denunciara--, pidió un coche a un amigo y trasladó el cadáver hasta una sima de la población, donde lo arrojó con la intención de que no pudiera ser encontrado.
El cuerpo sin vida de la menor, que había quedado enganchado en una rama, fue hallado por una gente de la Guardia Civil dos días después. El joven estaba brevemente afectado por consumo de sustancias estupefacientes durante todo el día, y años atrás.