Apretones de manos, casi 200 países, 40 jefes de estado y de gobierno con un solo objetivo: salvar un planeta enfermo. Nunca antes la calle había presionado tanto, ni había tenido un icono tan mediático como el de la pequeña Greta.
Ya son siete los días de reuniones y hasta ahora, de momento solo ha servido para poner sobre la mesa grandes titulares: 7 millones de muertes al año por la contaminación, 20 millones de desplazados anuales por desastres naturales, la pérdida de oxígeno en los océanos y que hay que reducir las emisiones más de un 7 por ciento al año a partir del que viene.
Esta semana los líderes negociarán el polémico artículo 6 del acuerdo de París, que trata el mercado de carbono. El objetivo es regular un mercado mundial de CO2, fijando límites de emisión, por países y sectores industriales. Hay que negociarlo, concretar las reglas mientras los países presionan para que se abra la mano Por su parte, los ecologistas denuncian colonialismo climático, que permitirá a los más ricos pagar por seguir contaminando.