En un intento de desmontar el informe pericial presentado por la Acusación Particular, que desvinculaba la psicopatía del asesino confeso y el daño cerebral de los crímenes perpetrados, los peritos de la Defensa han argumentado que una persona que realiza estos hechos "no tiene el cerebro sano" y que eso ha podido influir en que haya cometido estos asesinatos porque las alteraciones neurológicas que tiene afectan a su comportamiento, aludiendo también a un cierto rasgo psicótico.
El equipo de peritos propuesto por la Defensa ha aludido a infinitos artículos científicos "totalmente concluyentes" que vinculan los daños neurológicos con su dificultad para controlar impulsos al tener un área alterada (lóbulo derecho del cerebro), frente a lo manifestado por algunos de los peritos presentados por las acusaciones.
También han considerado que el consumo de alcohol y el bullying que sufrió de joven Nogueira ha podido influir en su cerebro, y que su conducta ha estado condicionada también por sus niveles de ira e impulsividad "patológica" porque "no puede controlarse", y eso ha afectado a su voluntad.
Sin embargo, a preguntas del Ministerio Fiscal, los peritos no han podido justificar con datos determinantes ni el bullying, ni ese consumo de alcohol ya que la fuente que han utilizado para saberlo han sido sus propios padres.
Igualmente, los peritos de la Defensa han señalado que Noguiera presenta un trastorno antisocial con ausencia de empatía y niveles de ira "extremadamente elevados" y de impulsividad que, en su caso, "libera de manera agresiva y virulenta".
También han señalado que, por su cerebro "patológico", aunque es capaz de comprender que los actos son ilícitos, encuentra extremadamente "confuso" el límite entre lo que está bien y lo que está mal.
El juez llama la atención a las partes
Una vista en la que la jueza se ha visto obligada en reiteradas ocasiones a llamar la atención a los letrados de la Acusación Particular de Walfran Campos y de la Defensa, Alberto Martín y Bárbara Royo, durante sus intervenciones, e instarles a no introducir alegatos ni valoraciones porque se trata de la prueba pericial, llegando a instar a Martín a dejar hablar a los peritos a quienes, a su juicio, estaba demostrando "continuamente una falta de respeto". "Su comportamiento, ante la imagen externa y ante el jurado, deja mucho que desear", ha apostillado en referencia tanto a Royo como a Martín.
No sabe si cuando preguntaron a Nogueira en las dos entrevistas que mantuvieron con él no respondía a algunas cuestiones porque no quería o por su problema neurológico y tampoco han podido precisar a preguntas de la Acusación si él sabía a quién estaba matando, aunque uno de ellos ha precisado que imaginaba que sí. También han admitido, a preguntas de la otra acusación particular, que las pruebas realizadas a Nogueira no tienen un cien por cien de fiabilidad.
Sobre si estuvo presente la impulsividad patológica que está medida en Nogueira cuando compró las bolsas de basura y cuando compró la navaja, no lo han sabido precisar como tampoco la ira, insistiendo en que la anomalía que tiene el asesino confeso va a regir en la mayor parte de los momentos críticos de su conducta, reconociendo que no se puede discernir cuándo si y cuándo no.