Cuatro de los cinco miembros de La Manada encarcelados se enfrentan de nuevo a una acusación por abuso sexual y lo hacen con un vídeo como principal prueba. En él se ve a la joven de Pozoblanco sentada en el asiento trasero inconsciente. La manosean y, entre risas, graban la escena. El vídeo, de 46 segundos, se lo enviaron a dos grupos de WhatsApp.
Hoy durante el juicio que se celebra en Córdoba los cuatro acusados -ya condenados a 15 años por el caso de los Sanfermines- se han negado a declarar no sin antes declararse inocentes.
La víctima de Pozoblanco ni siquiera denunció en el momento porque no se acordaba de nada. Sí hizo fotos de su vestido roto, también de un moratón que tenía en la pierna, pero 4 meses más tarde el vídeo fue descubierto en el móvil de La Manada cuando los detuvieron en Pamplona.
La defensa de los cuatro acusados pide la nulidad de la grabación. El juez ha decidido demorar hasta la sentencia su decisión sobre la nulidad o no del vídeo de los hechos que supuestamente involucra a los cuatro procesados.
Siete años de cárcel para cada uno es lo que pide la Fiscalía, tres por abuso sexual y cuatro más por un delito contra la intimidad. Además, para Alfonso Cabezuelo, el militar, se pide una multa por golpearla y arrojarla del coche.
A todo ello le suma una indemnización conjunta para la chica 4.500 euros por su curación y 6000 por daños morales.