El caso de Verónica, la empleada de la empresa IVECO que se suicidó tras viralizarse un vídeo suyo de contenido sexual, ha conmocionado a España. Sus compañeros se enteraron de que se quitó la vida a través de un mensaje de WhatsApp, de la misma manera que paradójicamente condujo a la muerte de Verónica.
La mujer se sentía observada y acosada por sus compañeros y con miedo a que esa grabación acabase viéndola su familia, como finalmente pasó. Por ello, la Policía está buscando a la persona que envió por primera vez el contenido. El primer detenido, su exnovio ha quedado en libertad y sin cargos.
El delito de descubrimiento y revelación de secretos está tipificado en el Código Penal desde 2015 y está penado con entre tres meses y un año de prisión o con una multa económica, siempre y cuando exista una denuncia previa, que en el caso de Verónica no existía.
Por este motivo, es fundamental conocer si alguien amenazaba a Verónica y si esta persona tenía una relación sentimental con ella ya que en este caso también podría estar penado y agravado por tratarse de un caso de violencia de género.
En el caso de sus compañeros, atentaron contra la integridad moral de Verónica y podrían ser acusados de acoso si tenían la intención de herir a la víctima, que puso el caso en conocimiento de IVECO. Esta empresa, le cambió el puesto y turno, pero no fue suficiente.