La mujer adquirió el cachorro, supuestamente de la raza spitz japonés, por Internet en julio de 2017 y pagó 160 euros por él. No obstante, a medida que el animal crecía, dejó de gustarle el pienso para perros y empezó a pedirle a su dueña que le diera fruta y pollo.
Extrañada ante este comportamiento, la mujer decidió acudir al veterinario y contarle la situación. Una vez allí, los especialistas determinaron que el animal era nada más y nada menos que, ¡un zorro! De acuerdo a La República, tras conocer la verdadera identidad de su mascota, la mujer decidió dejarla en manos de los especialistas, quienes le prometieron que mejorarían el estilo de vida del zorro, además de proporcionarle una alimentación adecuada en un hábitat ideal para él.
Además, los veterinarios le explicaron que, con el tiempo, estos animales desarrollan un fuerte olor corporal con el que es muy complicado convivir.