Vallibonavenatrix cani Vallibonavenatrix canies la nueva especie de dinosaurio carnívoro de entre ocho y nueve metros de altura que habitó hace 125 millones de años (durante el Cretácico Inferior) en la región de la actual España, encontrándose sus fósiles en el yacimiento de la masía de Santa Águeda, en Vallibona (Catellón).
El nombre elegido significa "la cazadora de Vallibona" y lo de 'cani' proviene del nombre del descubridor de los restos, Juan Cano Forner un aficionado a la paleontología que halló los restos en los años 90.
La reconstrucción del dinosaurio ha sido posible gracias al estudio liderado por Elisabete Malafaia, del Instituto Dom Luiz da Facultade de Ciência da Universidade de Lisboa, junto con José Miguel Gasulla, Fernando Escaso, Iván Narváez y Francisco Ortega, del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED, además de José Luis Sanz de la Universidad Autónoma de Madrid.
Esta especie pertenece a los espinosáuridos que se caracterizan por la forma de sus cráneos y dientes, similares a la de los cocodrilos. Además, poseen espinas neurales altas en algunas de sus vértebras lo que produce una percepción de vela en el dorso de su espalda con lo que debe su nombre a este rasgo. Esta peculiaridad, según explica el doctor en biología evolutiva Francisco Ortega, le serviría para controlar su temperatura (pertenecía aun clima tropical) o para preservar su energía.
La especie pertenece a un grupo de carnívoros poco representados en la Península Ibérica pero con un abundante registro en África, América del Sur, Asia e Inglaterra. Anteriormente, se asignaron los restos al género Baryonyx, los espinosáuridos de Inglaterra. Sin embargo se ha ha señalado que tiene una mayor semejanza con los parientes del hemisferio sur y asiático. Con ello, se señala la diversidad de los espinosáuridos ibéricos que podría ser más compleja de lo que se pensaba.