Beatriz Zimmermann, la madre de Anna y Olivia, ha estado 45 días sufriendo la angustia insuperable de no saber que había sido de sus hijas. Siempre mantuvo la esperanza de volver a verlas, hasta el jueves, cuando se confirmó el hallazgo del cuerpo sin vida de Olivia.

Días después, Zimmermann ha tenido fuerzas para escribir una carta de agradecimiento a todos los que la han acompañado en la angustia y en el dolor. "Con todo el dolor de mi alma les quiero escribir una carta de agradecimiento", comienza escribiendo, “a todos ustedes que han estado en corazones y rezos con ellas y conmigo ofreciendo todo el amor y ayuda para que tuviera un final feliz".

También se dirige a Tomás Gimeno, presunto asesino de Anna y Olivia: “Desgraciadamente no fue así. Sufriendo en dolor el acto más monstruoso que una persona puede cometer: matar a sus propios e inocentes hijos”.

Destrozada, deja escrito un deseo: “Deseo que la muerte de Anna y Olivia no haya sido en vano. Y que aunque ahora sintamos el mayor odio, desesperanza y dolor, no sea para traer más sufrimiento al mundo sino lo contrario. Que trascienda en amor para los niños en forma de protección, educación y respeto”.

Las palabras de Beatriz erizan la piel: "Lo que daría yo por peinarles el pelo, ese simple acto ahora mismo es lo que más desearía". “Ojalá yo hubiera estado en ese momento junto a ellas de la mano y morir juntas, pero eso no pudo ser porque Tomás quería que sufriera buscándolas sin descanso y de por vida”, añade.

“Cuando me dijeron la noticia se me vino el mundo encima y por muy duro que sea por lo menos ahora puedo llorar su pérdida”, dice.

Y deja constancia de que "gracias a ellas se conoce el significado de la violencia vicaria. Espero que las leyes se pongan más duras protegiendo a los niños. Ellos no tienen por qué cargar con esa mochila, y si el amor se acaba lo más importante es el bienestar de los hijos. Si hay maltrato en los progenitores hay que ser muy tajantes porque los niños no pueden estar creciendo viendo violencia. Los niños son el futuro y es muy importante que crezcan observando un ambiente de respeto, paz, amor y tranquilidad”.

Y así, Beatriz, se despide: “Gracias de todo corazón; Beatriz; mamá de Olivia y Anna. Los angelitos”.