Este sábado se cumple el primer aniversario del derrumbe de miles de toneladas de residuos industriales del vertedero de Zaldibar (Bizkaia), donde un año después continúan los trabajos para tratar de localizar el cuerpo de Joaquín Beltrán, uno de los dos trabajadores que quedaron sepultados bajo los escombros aquel trágico día.
El vertedero colapsó el 6 de febrero de 2020 y desató una conmoción en Euskadi. Además de una crisis medioambiental, provocó una tormenta política, con polémica entre los distintos partidos en fechas previas a las elecciones vascas, y también después.
Tras meses de búsqueda infructuosa, en agosto pasado se localizó el cuerpo de Alberto Sololuze, el otro operario desaparecido bajo los escombros. Desde entonces, el operativo de búsqueda sigue trabajando para localizar a Beltrán, todavía sin éxito.
Ha sido un año de periódicas movilizaciones ciudadanas en demanda de responsabilidades por el derrumbe, que es objeto de investigación judicial y por el que figuran como investigados tres responsables de la empresa gestora. También la Comisión Europa se ha interesado por lo sucedido e investiga los hechos.
Un año después, los ayuntamientos de la zona, los vecinos de la comarca y diferentes grupos sociales y ecologistas reclaman que se selle el vertedero cuando finalicen los trabajos de búsqueda del operario desaparecido y que se depuren responsabilidades por el accidente.
El Gobierno Vasco ha afirmado que tras haberse excavado ya 525.000 metros cúbicos de residuos del vertedero de Zaldibar, de los que 372.038 se han rastrillado y cribado para la búsqueda de Joaquín Beltrán --desaparecido desde el pasado 6 de febrero--, las tareas se centrarán ahora en las zonas B1B y B1C con "la firme esperanza de encontrarlo en esos lugares".