Cataluña vive el primer fin de semana de la marcha atrás en el ocio nocturno después de que se disparasen los contagios. Sin embargo a pesar de que los interiores de las discotecas están cerrados, la fiesta ha continuado en la calle. En comunidades como las islas Baleares, tampoco se han podido evitar a pesar de la prohibición de vender alcohol desde las 22 horas.
Quienes protagonizan las imágenes piensan que “el Gobierno miente”. “No creo que pase nada, si luego no hay contagios”, dice un joven. “Yo me lo paso bien todos los días, con covid y sin covid, es lo que hay”, piensa otro. “Una semana de libertad es necesario”, añade otro.
No tienen miedo al covid y tienen ganas de divertirse a pesar de las restricciones al ocio nocturno en muchas comunidades. Los botellones se multiplican en las playas y en las calles. “A disfrutar todo lo que se puede con todos los bares cerrados”, claman, viendo la playa como “la única salida para los chavales”. “Tenemos que salir porque llevamos un año de m* y tenemos que pasárnoslo bien de alguna manera”, expresa un joven.
Así, se reúnen sin distancia social y sin mascarillas mientras los agentes se esfuerzan para poder dispersarlos entre abucheos y, en algunos casos, sin mucho éxito.
En Mallorca, tienen como objetivo evitar botellones en los polígonos y en las playas, donde las consecuencias tras la fiesta son inmediatas a la vista para los que recogen la basura que dejan. Las consecuencias de los contagios se verán en los próximos días.