Laura Damiani confiaba en la cirugía estética. Desde los 14 años, había barajado operarse los pechos porque los tenía asimétricos y esto le incomodaba. Tras años de cavilaciones, Laura decidió visitar a un cirujano y cumplir su sueño.
El cirujano que finalmente eligió Laura era un médico en el que confiaba plenamente ya que había operado a gente cercana. "Fui a la cirugía con mucha confianza", cuenta la joven, según recoge el diario Mirror, pero el despertar de la intervención, Laura sabía que algo había ido mal. "Sentía un dolor intensísimo, insoportable... Sabía que algo había ido realmente mal", recuerda.
Laura pidió explicaciones al médico y resultó que había perdido la circulación de sangre en uno de sus pezones y el tejido se estaba pudriendo. Necesitaba una cirugía de emergencia. Tras esta segunda operación, la joven recuerda como la herida tardó un año en curarse. Lo que no tendrá ya curación es el daño psicológico que ha sufrido Laura, a pesar de la cirugía reconstructiva a la que fue sometida, nunca será capaz de dar el pecho.
Tras esta experiencia, Laura ha decidido dar a conocer su caso para alertar a aquellas personas que se planteen pasar por quirófano. La cirugía estética no deja de ser una operación y como tal, tiene sus riesgos y hay que conocerlos.