Ángela González sobrevivió a los malos tratos. Pero no su hija. Su exmarido la asesinó durante una de las visitas de las que disponía. Ángela denunció hasta 48 veces para que esas visitas no se produjeran. Ahora por fin el Supremo le da la razón y obliga al Estado español a que reconozca su culpa por el asesinato de su hija