"Yo no podía ver sufrir a las personas, me sabe mal cuando dicen que tenía intención de matarlos, yo los quería, eran mi vida estas personas; La Caritat era mi vida", ha manifestado el acusado a preguntas del fiscal.
En su declaración ante el jurado popular, que ha empezado poco antes de las 17 horas, ha insistido en que él creía estar ayudando a los ancianos --que tenían la salud muy delicada-- y que nunca pensó que era el causante de su sufrimiento, incluso en los casos en los cuales suministró lejía o similares a las víctimas.
El juicio oral, que ha arrancado este lunes, se alargará hasta el 7 de junio, y el acusado se enfrenta a una pena de 194 años de cárcel, según la petición del fiscal, que le acusa de once asesinatos con alevosía y tres de estos once con ensañamiento, ya que dio productos cáusticos a sus víctimas.
El abogado defensor del celador, Carles Monguilod, pide que el excelador sea condenado a libertad vigilada un máximo de 20 años, mientras que las acusaciones particulares reclaman un total de 202 años de prisión.