Si Joan Pons es conocido en España por ser el sanitario español que se ha inoculado voluntariamente la vacuna de Oxford, Carlos Moraga es su homólogo en Moscú. Él y su mujer se han puesto la Sputnik V, la vacuna rusa (que es la más avanzada del mundo) contra el coronavirus y que, pasados 180 días, podría darle la inmunidad protectora.
Joaquín Prat le ha mostrado su admiración por pornerse una vacuna que está en fases tan experimentales como la del coronavirus y Carlos ha expresado los motivos que le han llevado a tomar esta decisión: "Quiero recuperar mi vida normal. Volver a ver a mis amigos y a mis familiares sin miedo y ésta es la única forma que tengo de ayudar", ha dicho desde su residencia en Moscú.
La Sputnik V ya está en la fase 3, la fase en la que se prueba en cuerpos humanos y en la que estaba también la vacuna de Oxford hasta que fue paralizada temporalmente. Uno de los voluntarios que se la inoculó sufrió una mielitis transversa (un trastorno importante de la médula espinal) pero todavía no se ha aclarado si fue un efecto secundario de la vacuna o una enfermedad independiente del voluntario. En el caso de la Sputnik V, ninguno de los voluntarios ha presentado sintomatologías de gravedad.