"Tradicionalmente, los efectos sobre la salud del ejercicio y el comportamiento sedentario se han estudiado por separado. Llevamos a cabo este estudio porque queríamos saber si existe un efecto combinado de estos comportamientos en la presión arterial", han indicado los investigadores.
Este estudio reflejó que la presión arterial disminuyó en los hombres y mujeres que realizaron ejercicio por la mañana en relación con aquellos que no habían practicado ninguna actividad deportiva. Los investigadores notaron una "reducción significativa" en la presión arterial sistólica media para las mujeres que combinaron el ejercicio matutino con los descansos. En el caso de los hombres, estos tuvieron un beneficio añadido.
"Tanto para hombres como para mujeres, la magnitud de la reducción en la presión arterial sistólica media después del ejercicio y las pausas en la sesión, se acercó a lo que se podría esperar de los medicamentos antihipertensivos en esta población para reducir el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular. Sin embargo, esta reducción fue mayor para las mujeres", han dicho los expertos.
De momento, los científicos no han llegado a ninguna conclusión que explique la diferencia de género, pero consideran que pueden ser como las diferentes respuestas de adrenalina al ejercicio y el hecho de que todas las mujeres del estudio eran posmenopáusicas, que es un momento en el que tienen mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.