Para llevar a cabo la investigación, publicada en American Chemical Society Central Science, los científicos analizaron el sebo, componente a base de lípidos que hidrata y protege la piel, de varias personas con y sin Parkinson. Asimismo, el exceso de sebo está asociado a dicha enfermedad según informa Europa Press.
En primer lugar, los científicos, liderados por la investigadora de la Universidad de Manchester Perdita Barran, tomaron muestras de sebo de las espaldas de más de 60 participantes. Los resultados del posterior análisis mostraron la presencia de los ácidos hipúrico, eicosano y octadecanal, los cuales señalan una alteración en los neurotransmisores en pacientes de Parkinson.
A continuación, Milne confirmó el hedor a Parkinson cuando le presentaron varias muestras con los anteriores compuestos ácidos, en un ambiente olfativo controlado. Aunque los autores de la investigación reconocen que es limitada, aseveran que abre una nueva vía para el desarrollo de una prueba específica de detección no invasiva de la enfermedad.