Después de que el gerente del Hospital Santa Marina se grabase poniéndose una vacuna que no le correspondía y permitiese que también se la pusieran curas, camareros y técnicos de máquinas y paquetería, ‘Cuatro al día’ ha hablado con una de las enfermeras del centro a la que no se la había vacunado, cuando ella sí forma parte del primer grupo de vacunación.
“A mí me llamaron para decirme que había un hueco para vacunarme y, desde entonces, no supe nada más. Yo he dimitido porque hemos llegado ya a una corrupción vacunal; no hay ética, no se respeta ni a los muertos ni a la gente que está padeciendo la enfermedad ni a los trabajadores, como yo, que estamos haciendo PCR y antígenos cada día. Me da vergüenza ajena ver lo que ha pasado, que el gerente hasta se ha grabado”, ha lamentado Marta.
Joaquín Prat le ha recordado que no sólo se ha colado el gerente, también otros “getas” y “caras de cemento” – como llama el presentador a todos los que se ponen por delante de los dependientes, ancianos y sanitarios – y ella ha ratificado su indignación repitiendo que prefiere quedarse en el paro a trabajar en un hospital como el Santa Marina.
Uriarte ha aprovechado este espacio para ofrecerse como enfermera con muchas ganas de trabajar y ha mandado un mensaje a sus compañeros, que llevan casi un año ya luchando en primera línea contra la pandemia: "Lo vamos a conseguir".