Investigadores de la Universidad de Columbia y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stony Brook (Estados Unidos) han comprobado que las personas con trastorno depresivo mayor (TMA) tienen alterada la barrera hematoencefálica en algunas zonas del cerebro. Así, este estudio abre la puerta a posibles nuevos y mejores tratamientos para la enfermedad.
La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes y debilitantes del mundo. Los síntomas incluyen sentimientos de desesperanza, disminución del interés en las actividades diarias y fatiga. La escasa comprensión de los cambios cerebrales asociados con este trastorno dificulta la efectividad de los tratamientos.
"Desafortunadamente, con los tratamientos actuales hay una gran posibilidad de recaída o recurrencia. Para desarrollar nuevos tratamientos más efectivos, debemos mejorar nuestra comprensión del trastorno", comenta el doctor Kenneth T. Wengler, coautor del estudio, que se ha presentado en la reunión anual de la Radiological Society of North America (RSNA, por sus siglas en inglés).
Los investigadores estudiaron las conexiones entre el trastorno por depresión y las interrupciones en la barrera hematoencefálica, una red de vasos sanguíneos y tejidos que protege al cerebro de sustancias extrañas.
Usando una nueva técnica de resonancia magnética nuclear (RMN) que desarrollaron recientemente, llamada codificación de difusividad intrínseca de los espines arteriales etiquetados (IDEALS, por sus siglas en inglés), observaron la permeabilidad al agua de la barrera hematoencefálica, es decir, el movimiento del agua fuera de los vasos sanguíneos y hacia el tejido cerebral.
La comparación de los resultados en 14 individuos sanos y 14 pacientes con depresión encontró que menos agua se movía desde el interior de los vasos sanguíneos hacia el exterior en los pacientes, lo que representaba una integridad de barrera hematoencefálica interrumpida. Esta diferencia fue particularmente grande en dos regiones del cerebro: la amígdala y el hipocampo.
"Observamos la disrupción de la barrera hematoencefálica en regiones de materia gris que se sabe están alteradas en el trastorno depresivo mayor. Este estudio ayuda a mejorar nuestra comprensión de la fisiopatología de la depresión y puede abrir nuevas vías de tratamiento para un trastorno que afecta a más de 100 millones de personas en todo el mundo", explica Wengler.