Durante la epidemia muchos han dejado de encender otro y otro cigarro. Se estima que en nuestro país casi un 7 por ciento de los fumadores lo han dejado y casi un 6 por ciento han disminuido el consumo de tabaco durante el confinamiento. La organización mundial de la salud ya advirtió: los fumadores son más vulnerables al coronavirus porque este vicio reduce su capacidad pulmonar, aumentando el riesgo si contraen la enfermedad.
No obstante hay estudios preliminares realizados en China, Estados Unidos y Francia que hablan de una menor incidencia de la enfermedad entre los fumadores porque se contagian menos. Gracias a la nicotina, que podría dificultar la infección. También en España se están haciendo investigaciones en torno a esa hipótesis que, ojo, solo atribuye ese supuesto beneficio a la nicotina no al resto de sustancias tóxicas del tabaco.
Otro perjuicio del tabaco en estos días de epidemia se ha advertido a la hora de en fumar espacios públicos, como un elemento más de riesgo para el contagio pero aquí los expertos no se ponen de acuerdo. Lo que sí que está claro es que el tabaco provoca cada año unas 60000 muertes prematuras en nuestro país.