El reportero Manu Lajarin se ha trasladado hasta el barrio de Los Ángeles, en la ciudad de Alicante, donde todos los vecinos están destrozados por la pérdida de su kiosquera de toda la vida. Cristina tenía tan sólo 57 años y, por su alta exposición al público, se contagió en su puesto de trabajo y murió de coronavirus.
Detrás de su muerte, como de los 80.000 fallecimientos por covid que ya se han registrado, hay una emotiva historia, pues era considerada como una madre para los niños del vecindario y también como una psicóloga, pues su labor iba mucho más allá de vender revistas y caramelos.
Por eso, todos los que la querían han llorado su muerte y han llenado la puerta de su tienda de bonitos mensajes de despedida. Su hijo, Edgar, que no ha podido verlo porque está confinado debido al contacto estrecho con su madre, ha hablado en 'Cuatro al día' y ha hecho un ruego para proteger la vida de las personas que trabajar de cara al público cada día: "Poneos bien la mascarilla".