El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció el pasado miércoles que el país volvía al confinamiento nacional a partir de este viernes para hacer frente al avance del coronavirus. En un mensaje a la nación difundido a través de su cuenta de Twitter, el mandatario galo firmó que es necesario "ir más allá" para detener el virus. "Decidí que era necesario imponer, a partir de este viernes (hoy), el confinamiento", aseveró antes de lamentar que "tenemos que aceptar la situación de la epidemia" en Francia.
Por tanto, Francia ha vuelto a tomar las medidas que se iniciaron en toda Europa en el mes de marzo, aunque con ciertas variedades: los ciudadanos podrán salir de sus casas para ir a trabajar, los niños seguirán yendo a clase y a las guarderías con las nuevas normativas anti-covid y también se podrá salir a dar un ligero paseo durante una hora al día (recordamos que en Francia siempre se pudo hacer deporte durante la primera cuarentena).
Esta nueva cuarentena domiciliaria ha provocado que, a pocas horas de que entre en vigor, los parisinos hayan salido en masa y hayan generado atascos verdaderamente kilométricos para trasladarse fuera la gran ciudad, a las segundas residencias o a cualquier otro lugar donde se lleva mejor el encierro. Una imagen que contrasta con la de las carreteras de España esta misma tarde (vacías) cuando ya han comenzado los confinamientos perimetrales.