Tras un análisis a las retinas de más de 200 personas, los investigadores detectaron que los 133 participantes con cerebros sanos tenían una red densa de vasos sanguíneos dentro de la retina. Sin embargo, aquellos 39 con Alzheimer mostraban una estructura sin tanto espesor e insuficiente en algunas zonas.
Asimismo se encontraron variaciones en las retinas de los afectados de Alzheimer, comparadas con individuos sanos y personas con deterioro cognitivo leve, una señal de Alzheimer. Por su parte, una de las autoras del estudio, Sharon Fekrat, sugiere que los cambios en la densidad que observaron pueden "reflejar lo que está sucediendo en los diminutos vasos sanguíneos en el cerebro".
En otras investigaciones, los científicos de la Universidad de Duke han detectado que la disminución de algunas capas nerviosas de la retina está ligado a problemas cerebrales. "Debido a que la retina es una extensión del cerebro queríamos investigar si estos cambios podrían detectarse en la retina utilizando una nueva tecnología que es menos invasiva y fácil de obtener", apunta el coautor del estudio Dilraj S.Grewal.
La investigación se llevó a cabo con una tecnología no invasiva que consiste en una angiografía por tomografía de coherencia óptica. Este procedimiento, que usa ondas de luz que revelan los flujos sanguíneos, puede detectar cambios en los vasos sanguíneos antes que una resonancia magnética.