El descuento aplicado desde este viernes, 1 de abril, a cada litro de combustible ha llevado a algunas estaciones de servicio a sufrir un colapso en su sistema informático, viéndose obligadas a cerrar durante incluso más de diez horas. Una vez abiertas de nuevo al público, se han visto largas colas para poder repostar y beneficiarse de la rebaja.
Carlos, cliente de una gasolinera en Valencia, explica que le han descontado algo más de 9 euros por 47 litros, lo que considera "fantástico". Asegura que "ojalá se tomaran más a menudo medidas como esta, sobre todo para el trabajador que depende de estas circunstancias". Aclarando que no es profesional del transporte, ve "suficiente en principio" el descuento y subraya que "si no lo hubieran hecho, hubiese sido algo muy grave lo que podía ir pasando". "Han tardado en reaccionar pero han llegado a tiempo, creo", concluye.
No obstante, matiza Lydia Cruz, la mayoría de los clientes que sido cuestionados a la hora de pasar por dicha gasolinera en la capital del Turia han apuntado que "sí que se agradece" pero que creen "totalmente insuficiente" la medida.
En Asturias, buena parte de las gasolineras, principalmente las de Repsol, continúan con problemas informáticos debido al poco tiempo con el que han contado para aplicar la bonificación decretada por el Gobierno central. El resultado, un colapso de vehículos y, en ocasiones, largas colas para repostar.
Unas 150 estaciones de servicio, de las más de 11.000 que hay repartidas por toda España, han preferido no abrir sus puertas porque no pueden hacer frente al adelanto de cinco céntimos de los veinte de descuento. Uno de estos ejemplos lo encontramos en Tharsis, en la provincia de Huelva.
Desde allí, la periodista Denébola Fernández explica que los dueños "abrieron ayer a primera hora, como cada día, pero a las 12:00 horas tuvieron que cerrar para no perder más dinero. Han hecho cuentas y dicen que tendrían que adelantar unos 30.000 euros". De este modo, la gasolinera continúa con las persianas echadas y sus tres trabajadores han tenido que coger vacaciones.
Fernández añade que, según los dueños, volverán a abrir en el momento en el que el Ejecutivo "les especifique cómo y cuándo les va a reembolsar ese dinero".
Son muchos los ciudadanos que entienden la postura de cerrar sus puertas de las pequeñas y medianas estaciones de servicio. "No puedes asumir estar un mes vendiendo carburante, cobrando veinte céntimos menos, y luego esperar a que te lo devuelvan", afirma un cliente.
Por otra parte, también ha habido estaciones de servicio que han aprovechado para aumentar repentina e injustificadamente los precios. Se han visto diferencias muy llamativas.
Este es el caso de Madrid, donde en unas estaciones de servicio el precio del litro roza los dos euros y en otras se puede echar combustible por poco más de 1,70 euros (1,58 con el descuento). Por ello, en estas últimas, las de low-cost, se forman hasta ocho hileras de vehículos esperando.
Como cada sábado, muchos portugueses se han acercado a las gasolineras de Tui (Pontevedra) buscando ahorrar algunos euros. "En Portugal está fatal", dice un señor, mientras que otro agrega que "no mucho, pero es un poco más barato". Una joven española reclama como solución "un coste fijo para todas".
Otra persona denuncia que "de qué me sirve que hayan bajado veinte céntimos si está más alto de lo que estaba antes". "Bajan veinte y suben quince. Estamos igual", señala riendo un hombre justo antes de repostar.