El Gobierno no contempla como una opción plausible sacar adelante la investidura del presidente en funciones, Pedro Sánchez, sin contar con el compromiso de Unidas Podemos de que seguirá colaborando con el PSOE el día después de la formación de ese nuevo Ejecutivo.
"No visualizamos un escenario en el que se llegue a una investidura sin después una colaboración, no creo que ninguna fuerza política pueda estar en esa deriva", ha advertido la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, quien considera que admitir eso sería "un rincón oscuro, un cul de sac (un callejón sin salida)".
Así se ha pronunciado la ministra de Educación en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, confirmando la aspiración del PSOE de cerrar con Unidas Podemos un acuerdo que no se limite sólo a la investidura, sino que garantice la estabilidad de la legislatura. A pesar de que la reunión del jueves entre los equipos negociadores del PSOE y Unidas Podemos se saldó con los morados quejándose de la "posición inamovible" del PSOE, Celaá ha reconocido que, pese a la persistencia de diferencias entre las dos formaciones, el compromiso de ambas de seguir hablando "no es poco en una negociación".
También ha valorado como un elemento positivo el hecho de que en la reunión del jueves la delegación de Podemos fuera más amplia que en las negociaciones de julio e incluya a todas las confluencias y a IU porque, ha precisado, es "importante que todo el mundo tenga toda la información" de lo que allí se habla. De hecho, y sin querer entrar en mayores detalles, ha comentado que ayer hubo oportunidad de trasladar a la delegación de Unidas Podemos "información que curiosamente no tenía sobre algunos extremos de los que se había venido hablando" en las conversaciones entre Sánchez e Iglesias.
En este sentido, ha garantizado que en algún momento habrá alguna reunión o contacto entre Sánchez y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y ha señalado que los socialistas aspiran a que las conversaciones que han retomado con los morados puedan "ir generando esa confianza" que se perdió en julio y de la negociación "pueda emerger algo nuevo".
Celaá ha abierto la puerta a que la propuesta lanzada el martes por Sánchez sea mejorada por Podemos. Esa oferta consistía en un programa de gobierno con 370 medidas, unos mecanismos de fiscalización sobre el cumplimiento de lo prometido (con participación del Parlamento y de la sociedad civil) y la incorporación de los morados en órganos e instituciones del Estado.
La oferta de Sánchez, ha remarcado, está "abierta a cambios y matices". "Eso es negociar, encontrar resultados allí donde no existe", ha señalado, antes de advertir que sólo falta Unidas Podemos por "subirse" a un acuerdo al que ya se han sumado el PRC, PNV y ERC. Estas dos últimas formaciones se han comprometido a facilitar la investidura (el PNV con un voto a favor y ERC con la abstención) de Sánchez si éste ata antes los votos de Podemos.
Eso sí, Celaá ha sido rotunda a la hora de ratificar que el PSOE rechaza de plano la fórmula del Gobierno de coalición que sí llegó a aceptar en julio pasado. Lo que no excluye que se puedan encontrar "fórmulas de cooperación potentes" para que Podemos participe en las tareas del Estado. Preguntada qué ganaría Podemos aceptando una oferta por debajo de la que se le hizo en julio, ha contestado que eso "lo tendrá que medir" Podemos, teniendo en cuenta cuáles son sus "fortalezas" y "debilidades", y "en qué escenario se mueven" y qué riesgos afrontar, en una velada alusión a la repetición electoral.
Tras recordar que Podemos rechazó una oferta de gobierno de coalición que le concedía el Ministerio de Sanidad, que supone el 10 por ciento del gasto público, Celaá ha remarcado que existen "otras formas de ganar" más allá de la presencia o no en el Consejo de Ministros, como puede ser la participación en la puesta en marcha de un programa de gobierno progresista. "No puedo concebir que una formación de izquierdas eso no lo considere una ganancia", ha indicado.
Celaá ha resaltado que el Gobierno "mantiene su esperanza de que pronto pueda dejar de estar en funciones", al tiempo que ha advertido de que a partir de octubre España se enfrentará a desafíos como la posible salida abrupta de Reino Unido de la UE, la reacción a la sentencia del 'procés' o los síntomas de desaceleración económica que requieren que el país esté "fuerte" para sobrellevar esas turbulencias.