Investigadores de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) han descubierto una proteína muy buscada, el canal de cloruro activado por protones (PAC, por sus siglas en inglés), que se activa en ambientes ácidos y que podría proteger contra los efectos dañinos para los tejidos del derrame cerebral, ataque cardíaco, cáncer e inflamación.
En su estudio, publicado en la revista 'Science', explican que el descubrimiento de esta proteína podría proporcionar una nueva diana de medicamentos para terapias potenciales contra el ictus y otros problemas de salud. "Conocer la identidad de esta proteína estimulada por el ácido abre una nueva y amplia vía de investigación básica y descubrimiento de fármacos", asegura el investigador principal, Zhaozhu Qiu.
La acidez se acumula en los tejidos como resultado de la privación de oxígeno causada por daños o enfermedades. A medida que la acidez de los tejidos crece, daña las células y puede hacer que mueran. "Se sabe que la acumulación ácida abre la puerta de los canales especializados a través de la membrana celular, causando una acumulación anormal de iones dentro de la célula, lo que eventualmente hace que se hinche y muera", explican. Sin embargo, la identidad de este canal ha sido un misterio hasta ahora.
Para resolver este rompecabezas, el equipo estableció un método para analizar rápidamente las células en busca de estas proteínas. Los investigadores diseñaron líneas celulares humanas para producir una molécula fluorescente, cuyo brillo se apagaría cuando los canales a través de la membrana celular se abren en respuesta al ácido.
Usando estas células, probaron sistemáticamente una colección de 2.725 genes uno por uno. De esta manera, encontraron un solo gen, llamado TMEM206, cuya inactivación eliminaba de forma fiable la actividad del canal en respuesta al ácido. A través de estudios adicionales, los investigadores encontraron que el gen correspondía a una sola proteína, a la que llamaron PAC.
Este gen se puede encontrar desde en el genoma humano hasta en los peces. "Su conservación evolutiva y su amplia expresión sugieren un amplio papel para esta nueva familia de canales en la fisiología y la enfermedad. Ahora estamos muy emocionados por descubrirlo todo", asegura Qiu.
Curiosamente, el gen PAC es uno de los genes más frecuentemente diferentes entre los habitantes de las tierras altas tibetanas y los chinos Han. "Esto nos lleva a creer que podría tener un papel en la adaptación a la hipoxia, una enfermedad que también resulta en un aumento de la acidez en el cuerpo", concluye el investigador.