En comparación con España, Portugal tuvo varios aciertos determinantes a la hora de afrontar la crisis del COVID-19. El primero fue que cerró las fronteras mucho antes que nosotros, viendo lo que estaba ocurriendo aquí, en Italia y lo que se avecinaba en el resto de Europa. Por lo tanto, su anticipación ha sido clave para frenar un contagio que en el resto del mundo (menos en Corea del Sur, por ejemplo, donde los test masivos también colaboraron) ha sido imparable.
En segundo lugar, la solidaridad y el autocontrol de los habitantes ha sido su otra gran victoria. Vaya por delante que el gobierno portugués no ha prohibido a la población que salga a la calle excepto para lo esencial, pues solo lo ha recomendado. Por tanto, la autodisciplina de los ciudadanos del país vecino ha sido tan estricta, que han conseguido eliminar el contagio exponencial (el hecho de que una sola persona infectada puede contagiar a muchas otras) del temido coronavirus.
El corresponsal de 'Cuatro al día' en Lisboa nos ha confirmados que allí pueden salir “a dar una vuelta con sus hijos” si quieren, pero la población procura hacerlo lo menos posible. Con todo ello, han conseguido que el número de contagios no supere los 18.000, frente a los más de 180.000 positivos registrados que hay en España. Por eso, es muy probable que Pedro Sánchez alargue nuestro confinamiento obligatorio hasta el 10 de mayo.