De nuevo, Almoradí vuelve a situarse en el foco del -desconocido- maltrato equino. Una llamada telefónica de la policía alertó al equipo del EHCRC de que un poni y un burro corrían salvajamente por una carretera y, efectivamente, fueron encontrados en unas condiciones terribles. Sus cascos (que es el mayor problema de estos animales) estaban en tan mal estado (se les dan la vuelta como si fueran unos zapatos de punta) que la veterinaria y el herrero del centro tendrán que examinarlos con rayos X para concretar los daños y para detectar "enfermedades óseas". "Este proceso tomará meses y posiblemente requerirá calzado médico para recibir apoyo", han aclarado desde el refugio.
En principio, los cuidadores no entendían por qué el poni hembra no dejaba que nadie se acercara al burro, expulsando a todo el que quería tocarle para protegerlo. Después, determinaron que eran madre e hijo y que el pequeño -no tiene más de un año- era un mulo. Ambos presentaban heridas muy parecidas en la piel, sobre todo en torno al cuello, donde tenían marcas visibles de un collar mal ajustado.
Al pequeño mulo le descubrieron laceraciones al rasurarle el pelo, momento en el que quedaron visibles sus cicatrices. Este hallazgo afectó mucho a sus rescatadores, que todavía se preguntan cómo les pudieron hacer algo así. "Por lo menos están vivos", dicen los miembros del Easy Horse Care Rescue Centre, que han exfoliado y desparasitado a sus dos nuevos amigos.
También te puede interesar: