Si no fuera porque mirando a la calle nos damos cuenta que estamos en el año 2020 cualquiera diría lo poco que nos separa de como nos comportamos hace más 100 años. Entonces, el mundo sufrió la mayor pandemia de la historia moderna la mal llamada gripe española que acabó con más de 50 millones de muertos en todo el mundo, más de 200.000 en España. Nos citamos con Javier Sanz, doctor en medicina y académico de número de la Real Academia de Medicina. El sillón que ocupa es el de Historia de la medicina. En la biblioteca encontramos periódicos de 1918, cuando se produjo la gran epidemia con informaciones que parecen calcadas de las que les hemos ofrecido estos meses.
Por ejemplo, en la gaceta médica de noviembre de 1918 critican que no se controlase la frontera para evitar el paso de extranjeros. Nosotros en febrero y principios de marzo de 2020 permitimos la entrada sin control de decenas de miles de pasajeros procedentes del foco de la pandemia: el norte de Italia.
Viendo informaciones pasadas vemos que hasta en remedios caseros sin base científica los calcamos ahora. Por ejemplo, vemos fotos de telefonistas que beben agua caliente creyendo que prevenía el virus de la gripe. Un siglo después ese mismo bulo lo difundieron influentes en España (el término incorrecto es influencer. Influente es una palabra que significa exactamente lo mismo y figura en el diccionario de la RAE desde 1803).
Pese a que la pandemia se originó en EE.UU en 1918 se llamó española porque fuimos los únicos que informamos de la pandemia, los demás países se mataban en la I Guerra Mundial. Así, como nos señala Javier Sanz, “las noticias sobre una epidemia que diezmaba sus filas se censuraban para no desmoralizar”. Ahora, sin embargo, un siglo después y pese a estar en un mundo en paz, nos encontramos con multitud de ejemplos de falta de transparencia o censura de cifras: Brasil, China, Rusia, países centroamericanos, etc. Pero es que nuestro país 100 años después no se puede decir que sea un ejemplo de transparencia. Desde la falta de información sobre proveedores hasta que no queda clara la contabilizan las cifras e incluso en ocasiones han pasado días sin actualizarse. Como apunta Javier Sanz: “los países se han metido en un liga de los muertos y el que cuenta menos es el campeón” De vuelta al pasado vemos que la Gaceta Médica de 1918 habla de lo sucedido en Barcina de los Montes, en Burgos, donde los muertos llevaban insepultos dos días. ¿En eso habremos mejorado? 100 años después nos encontramos con ataúdes esperando días en una pista de patinaje para ser enterrados como sucedió en Madrid. Volviendo a la falta de transparencia durante la pandemia aquí se prohibió la entrada de periodistas para impedir que plasmaran esa imagen para la Historia de nuestro país. Finalmente, la imagen se tuvo captar subrepticiamente, como si hubiera que hurtar a los dirigentes de hoy lo que deben saber los ciudadanos de mañana.
La primera oleada de la gripe de 1918 fue en primavera abril, mayo y junio. Llegó el verano como ahora. Como señala Javier Sanz “el pueblo lo daba por superado y durante el verano se dieron fiesta patronales con sus corridas de toros y inclusos . Pero en otoño vino otra oleada, pero más tenue. Después siguieron otras dos más en 1919 y en 1920.
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