Despues de ver cómo los afganos trataban de escapar desesperadamente de la toma talibán, que ya han celebrado el control total de su país, el mundo entero se sorprendió de ver a los talibanes subidos a los coches de choque y haciendo ginmasia en las distintas grabaciones que difundieron en las redes sociales.
Como bien apuntó en este programa el periodista Amador Guallar, estas imágenes respondían a una clara estrategia: mostrar una cuestionable cara amable que reactive el comercio internacional, pues los talivanes no serán capaces de sobrevivir sólo a base de la venta del opio.
Con la misma intención habrían hecho el anuncio de que las mujeres afganas podrán seguir trabajando si respetan la Sharia, algo que no se cree en absoluto Farina Abdul, una mujer nacida en Afganistán que huyó de su país en 1994 y que vino a vivir a España para poder estudiar, porque allí, de hacerlo, estaba amenazada.